Arturo, el corgi galés que nunca supo (ni quiso) dar la pata

Arturo, el corgi galés que nunca supo (ni quiso) dar la pata

Era un Corgi Galés de Pembroke. Nunca supo dar la pata.

En realidad ni supo ni quiso, le molestaba mucho que se las tocaran y era casi el único motivo por el que enseñaba los dientes, aunque había algún otro; también se los enseñaba a las moscas pegajosas de verano que le molestaban, en su creencia ingenua de que así las asustaría y le dejarían tranquilo.

Era inteligente, muy inteligente, el más inteligente de los que he tenido y tengo. Y era tierno y cariñoso.

El corgi visigodo
Arturo, el corgi galés

Tenía un corazón muy grande, capaz de querer a todos los miembros de la familia, cercana o lejana, a los vecinos.

Especialmente a los niños, a los que buscaba para que le acariciaran.

Quería a los que venían por casa con una mínima regularidad, fuesen el peluquero, el frutero, la limpiadora o quien fuese.

Se encargaba de mostrarle su cariño todas las veces que viniera.

¡Vaya valla!

¡Vaya valla!

aya valla es un recuerdo personal. El regalo que hice a mi mujer para recordarle que la quiero y pregonarlo a todo el mundo.
Pegatinas

Pegatinas

He dibujado muchas pegatinas, esa cosa que ahora llama sticker tanta gente. ¡Qué horror de nombre y qué horror de gente!

 La que mejor recuerdo me trae por muchas cosas es la de la Autoescuela Levante de Cartagena, hoy desaparecida. Porque fue la primera, porque aquella etapa de mi vida la recuerdo con mucho agrado, porque saqué el carné de conducir a la primera, porque siempre me gustó la cara simpática de aquel coche y porque gustaron tanto que la autoescuela tuvo que repetir más tiradas.

Mi primera pegatina
Autoescuela Levante

Mi primera pegatina.

Mi primera vez en El Jueves

Mi primera vez en El Jueves

La primera vez que aparecí en El Jueves, como lector-colaborador, claro, ya que nunca me han querido de otro modo, fue en Octubre de 1984.

Después ha habido otras. Todas con el mismo exitazo.

Por aquellas fechas habría algún tipo de concurso o colaboración de lectores ya que según, se dice en la reseña, yo les había enviado algunos chistes, cosa que no recuerdo, pero no porque no lo haya nunca si no por todo lo contrario.

De lo que sí me acuerdo y nunca me he olvidado, ni les he perdonado, es de que dijesen que yo era de Murcia. Y eso que empezaron bien, llamándome Jotaefe el cartagenero pero, al final, zas en toda la boca.

El Jueves puteándome, como siempre.